Pensar Antes de Hablar
Hoy me ha pasado una cosa super curiosa. En el transcurso de una conversación, la otra persona con la que hablaba, reflexionando realiza la siguiente declaración en voz alta: “Debo de pensar antes de hablar”.
¿qué opinas? ¿nos dejamos llevar por el impulso… la reacción del momento? O en cambio ¿debemos analizar cada cosa que hacemos o decimos para ser conscientes?
Posteriormente el debate se ha adueñado de mi cabeza para responder a esta cuestión. Ya que en una primera impresión he sentido el impulso racional de tener que decir que siempre se debe de pensar antes de actuar, pero posteriormente, reflexionando ya no lo tengo tan claro.
En ocasiones ha ocurrido que el análisis de lo que vas a decir o hacer, y las consecuencias que conlleva, te puede llevar a la paralización de la acción. Tanto análisis te hace perder un parámetro precioso, el tiempo. E incluso, te puede llevar a tener una perspectiva equivocada de la situación si la conclusión de tu análisis es errónea.
En cambio, por el otro extremo, la impulsividad de las respuestas nos puede llevar a “meter la pata”, lo que más tarde provocaría nuestro arrepentimiento.
Tendríamos claro que lo ideal sería poder conjugar y acertar para cada momento que es lo que se necesita, siendo esta situación algo muy difícil de conseguir, ya que depende de muchos factores.
Factores internos: como son nuestra personalidad, los hábitos creados, las experiencias previas, incluso… como respondemos ante nuestras creencias y valores.
Y factores externos: que nos influyen desde las personas del entorno, nuestra necesidad de aceptación social, y porque no, el clima, la salud, etc.
Según todo esto que expongo me provoca en la mente la siguiente pregunta: ¿estamos entonces condicionados por estos factores? ¿somos conscientes realmente de lo que hacemos, pensamos y decimos? Y con todo esto ¿somos realmente capaces de discernir cuando es el momento de actuar, o el momento de pensar?
Muchas preguntas que provocan una gran variedad de respuestas, seguramente una por cada persona que se la cuestiona.
En estas líneas, desde psinergia coaching no te vamos a dar la solución, y menos la solución mágica. Sino como siempre hacemos en nuestro trabajo, buscamos crear un espacio donde tú podrás encontrar estas respuestas, y para ello nos vamos a basar en:
- La escucha; para que puedas conocerte más y mejor a ti mismo/a y a las personas de tu entorno.
- La emoción; que siempre está ahí, y es la impulsora de las acciones de cada día, tanto para avanzar como para retroceder cuando sea necesario.
Y volvemos entonces al punto de partida, con la dicotomía de la escucha como nuestra parte mental de ver más allá. Y la emoción, como impulsora de nuestras acciones más espontáneas.
Pero entonces te podrás preguntar, ¿Dónde está la aportación de todo este relato a la cuestión inicial? ¿qué haces para buscar las respuestas? ¿pensar antes de actuar?
Te aclaro, en nuestro trabajo del coaching conseguimos la toma de consciencia del individuo, y cuando esté a la escucha sea consciente de que está en la parte mental, y a la inversa, conociendo que emociones tenemos y para que nos sirven, manejándolas para nuestro propósito como por ejemplo saber si hablar antes de pensar.
Esta toma de consciencia le permite decidir, separarse de los condicionados que no le convengan, y acercarse a los hábitos que sí considere beneficiosos. Ser conocedor de la experiencia vivida, para planificar futuras respuestas o acciones, pero siempre estando en el presente.
Todo esto es lo que te da mayor grado de libertad para escoger, si es el momento adecuado de analizar, o de llevarte por el impulso.
Una libertad que nunca será total, ya que siempre estaremos condicionados de una u otra manera, no obstante, el gran trabajo, es ir acercándose a este lugar a través de la consciencia.
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