¿Para qué nos Sirve el Miedo?
Las emociones nos acompañan, siempre están ahí con nosotros en cada instante de nuestra vida. Son un regalo de la naturaleza que nos ayuda para nuestra supervivencia, aunque en ocasiones no le prestemos la atención e importancia que realmente tienen.
Nos pasa a menudo que solemos escuchar frases como: “no quiero tener miedo”… “cuando lloras eres débil”… “necesito bloquear mis emociones en determinados momentos…” Y todas estas expresiones se deben a una gran falta de formación y comprensión en este ámbito.
Nuestros condicionantes sociales y creencias nos hacen identificar algunas emociones como no necesarias o perjudiciales, pero ¿qué ocurriría si miramos a las emociones como unas simples mensajeras de algo, que nuestra biología nos aporta como un mecanismo de supervivencia?
Esta nueva mirada la podemos identificar con una de las emociones más presentes en nuestro día a día, el miedo.
Imaginemos que nos vamos a la selva, donde el hombre primitivo se encuentra delante de un tigre. ¿Qué hubiera ocurrido si la emoción no hubiera surgido?... seguramente hubiera sido devorado por el tigre, en cambio, el miedo nos ha permitido valorar una amenaza que nos hace actuar poniéndonos a salvo.
Y sí, el miedo es bueno tenerlo, el miedo nos aporta información para que actuemos, el miedo no es lo malo, lo malo es la causa que lo provoca… el hambre del tigre. Pero tendemos a confundir al mensajero con el contenido del mensaje, y eso es un gran error en nuestro día a día.
Este es un ejemplo de lo más primitivo, que corresponde directamente con nuestro desarrollo como especie, nuestra evolución que nos ha permitido llegar hasta nuestros días. En cambio, esta sensación que es común a todos los animales de la naturaleza, en la especie humana se le suman unas variaciones causadas por nuestra capacidad de pensar y ser seres sociales. Son los miedos que llamamos de alguna forma “artificiales”.
Entonces, tenemos los miedos biológicos, los causados por amenazas reales de la naturaleza. Y los miedos artificiales, creados por nuestra mente y comportamiento social.
Y estos segundos clasificados como “artificiales” son los que más nos traen de cabeza, ya que se producen en ocasiones sin verificación real de la amenaza. Una amenaza en ocasiones inexistente o valorada de forma exagerada por nuestros pensamientos. Por ejemplo, cuando tienes que hablar en público por primera vez, y tienes un miedo atroz a este evento cuando ni si quieras tienes pruebas de que, si hablas y te equivocas, el público asistente vaya a tomar unas represalias que justifiquen ese miedo…
Nos pasa cada día en la sociedad que vivimos, en donde tenemos creencias de lo que puede pasar, el miedo a hacer lo que este mal por nuestras creencias, el miedo al qué dirán, el miedo a todo lo que puede pasar aunque no haya ninguna prueba de que eso vaya a pasar… el miedo a hacer….
Y al final, ese miedo es el que nos paraliza, nos imposibilita, y nos hace que no vayamos más allá de donde queremos ir… Y por eso, en muchas ocasiones hablamos que no queremos tener “miedo.”
Veamos entonces que pasaría si en lugar de dejarnos llevar por el bloqueo de la inseguridad que nos produce esta emoción utilizamos la siguiente ecuación.
Miedo = amenaza / recursos
Esto nos ofrece dos formas de manejar el miedo para hacer que fluya, por un lado mirar la amenaza y hacernos las siguientes preguntas:
- ¿Cómo de real es la amenaza?
- ¿Y si realmente ocurre, qué consecuencias tiene?
Y por el otro:
- ¿Cuáles son los recursos con los que cuento?
- ¿Cómo puedo aumentar mis recursos para la amenaza?
Y con esta simple herramienta, puedes permitirte manejar de forma diferente tu relación con esta emoción. Ponerla a tu servicio y que sea más una aliada para el mundo que nos rodea, y no una sensación que nos bloquee.
Esta y otras herramientas pueden ser trabajadas desde diferentes ámbitos, no solo desde el mental, sino también desde el corporal. Lo que trabajaremos de forma presencial y experiencial en los talleres de Habilidades Emocionales de Psinergia.
Te invitamos a que participes y puedas conocer tu mundo emocional, desde el miedo a la ternura, del amor a la alegría, y siempre con seducción. ¿quieres saber más?....
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